Villa Tulumba es una localidad y municipio del centro-norte de la provincia de Córdoba, cabecera del departamento Tulumba. Se sitúa sobre la Ruta Provincial 16, que une la localidad de San José de la Dormida con la ciudad de Dean Funes. También está próxima a Jesús María, el centro poblacional más importante de la región, y a 150 kilómetros de la ciudad de Córdoba, capital provincial.
Tranquila y pintoresca, originaria de 1675, sus calles coloniales, empedradas y farolas antiguas aún conservan un aire de otro tiempo. Si bien hoy en día cuenta con 4500 habitantes y algunos signos de modernismo, Villa Tulumba mantiene el aspecto que acunó desde los tiempos de la Independencia. Es en este pueblito donde las panorámicas típicas de las localidades que se asientan a los pies de los cordones serranos se combinan con los vestigios de la historia siempre presente en las costumbres de los habitantes del lugar. Además, la serenidad y armonía de la naturaleza hacen de Villa Tulumba un destino cálido y atractivo para quienes buscan descansar.
La localidad cordobesa guarda un valioso patrimonio, sus construcciones añejas conducen a sus visitantes por los caminos de la historia y las diferentes huellas que esta ha dejado en el lugar. La amabilidad de su gente y los relatos del pasado invitan a recorrer los diferentes recodos del pueblo: espacios donde las reminiscencias de tiempos anteriores adquieren un importante valor que hace a la cultura de Villa Tulumba.
Para entender esta localidad ubicada a la vera del antiguo Camino Real es necesario sumergirse en su historia. Un circuito por sus calles y construcciones más representativas
Fue construida a fines del siglo XVII en honor a la Santísima Virgen del Rosario, en un terreno donado por el primer poblador, Don Antonio de Ataide. Su edificación es simple y está hecha con muros de adobe, cabriadas de madera y techo de paja. Las ruinas pueden apreciarse en el centro histórico. Frente a la capilla se construyó el primer cementerio, que alberga los restos de los primeros pobladores que habitaron la región.
En el año 1881, Fray Mamerto Esquiú le dio vida a la construcción de esta iglesia de estilo románico y fachada catedralicia que hoy es el epicentro de Tulumba. Resulta imposible que pase desapercibida, no sólo por su imponencia sino también porque guarda piezas de alto valor histórico y artístico, como la tricentenaria imagen de la virgen patrona de la Villa, el Cristo articulado de rostro mestizo, la imagen de la virgen dolorosa y el famoso tabernáculo que pertenecía a la Compañía de Jesús de la ciudad de Córdoba.
En el año 1803 los vecinos tulumbanos realizaron una colecta para la construcción del altar en la Catedral de Córdoba. Aportaron joyas y piezas de plata y eso les valió la entrega de un tabernáculo original tallado en madera de cedro paraguayo, que es considerado una obra maestra del arte barroco. Se lo puede visitar dentro del templo principal, Virgen del Rosario de Tulumba.
El 3 de Octubre de 1803, el rey Carlos IV le otorgó al pueblo por real cédula el título de Villa del Valle de Tulumba. Por lo tanto, tras año, se recuerda esta fecha con las Fiestas Patronales en honor a Nuesta Señora del Rosario, que reúne a miles de fieles. Durante la celebracion se realizan misas y luego una impresionante procesión en la que los devotos acompañan a la virgen. El recorrido finaliza con una serenata a cargo de agrupaciones gauchas.
Forman parte del primer trazado de Tulumba, el corazón del pueblo, desde donde emergen construcciones de impronta colonial. También fue punto de reunión e inspiración de artistas plásticos que plasmaron en sus obras este pintoresco lugar. Si los muros hablaran, contarían sobre las andanzas y el paso de algún transeúnte del Camino Real. Sólo una edificación no corresponde a la construcción de aquellas épocas. El punto se ubica entre Calle Real y Diputado Jorge Moyano.
La historia de Tulumba no puede contarse sin mencionar a la familia Reynafé. Don Guillermo se casó en 1779 con doña Claudia Hidalgo y tuvieron nueve hijos. Los hombres tuvieron participación activa en la historia del norte de la provincia: todos ocuparon cargos importantes y uno llegó ser gobernador. La familia entró en la historia de la Nación como responsable de la tragedia de Barranca Yaco, cuyo saldo fue la muerte del general Facundo Quiroga y de sus acompañantes. Si bien el solar ubicado sobre Calle Real hoy es privado y no puede visitarse, vale la pena observar desde afuera su fachada, que se mantiene en buen estado de conservación.
Este monumento honra a los granaderos a caballo del general San Martín, que cayeron en el combate de San Lorenzo. Entre ellos figura un hijo de Tulumba, el granadero José Márquez. Originalmente, el monumento estuvo al este de Tulumba, y desde 1942 se encuentra sobre una colina desde donde se puede apreciar una linda vista del pueblo. Para llegar, se debe tomar como referencia el final del asfalto, atravesando el arroyo El Suncho, y luego girar a la izquierda, un kilómetro de distancia.
Real. Es un moderno espacio donde se brinda información turística y cultural de manera interactiva, con el objetivo de favorecer la interpretación y el recorrido del Camino Real al Alto Perú. Se encuentra detrás de la iglesia principal y cuenta con infografías, líneas de tiempo, sala de cine y sala multimedia. Se lo puede visitar de miércoles a domingo de 11 a 15.